La democracia liberal vive un debilitamiento continuado. Aunque el mundo sigue siendo más democrático que en la década de 1970, el nivel de democracia del que gozaba el ciudadano medio en 2020, antes de la pandemia, había descendido a niveles que se remontaban a los años noventa o incluso a finales de la guerra fría. Este declive empezó hacia 2010 y a lo largo de la última década se ha agudizado, en particular en Asia-Pacífico, Europa del Este, Asia Central y Latinoamérica.

La autocratización, el deterioro de las cualidades democráticas, se intensifica. La “tercera ola de democratización”, que empezó con la Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal, ha sido sustituida por una “tercera ola de autocratización”, que se ha acelerado en los últimos años. Según el Informe 2021 del Instituto Variedades de Democracia (V-Dem) de la Universidad de Gotemburgo, más de una tercera parte de la población mundial –2.600 millones de personas– vive en los 25 países donde el despotismo gana terreno, frente al 4% residente en los 16 países en vías de democratización.

En las décadas de los setenta y ochenta, las autocracias cerradas dominaban el mundo tanto por número de países como en porcentaje de población. De 86 países autocráticos en 1972, su número descendió a 20 en 2013, pero desde entonces ha subido hasta los 25 de 2020. Las autocracias electorales se han multiplicado casi por dos desde 1972, y en la actualidad son el régimen más frecuente en el mundo, con 62 países en 2020, a los que ahora se une India, con una población de 1.370 millones de habitantes, de manera que esta forma política engloba al 43% de la población mundial. En definitiva, a finales de 2020 había 87 autocracias, cerradas o electorales, que en su conjunto albergaban a más de dos…