POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 161

Carta de América: Gobernar a golpe de crisis dentro y fuera de EE UU

Pocas veces los dos últimos años de la presidencia han acumulado tantos problemas: internos, con la llegada de miles de menores de Centroamérica; y externos, con un Oriente Próximo al rojo vivo.
Jaime de Ojeda
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La campaña electoral para las elecciones legislativas de noviembre se ha relanzado con tanta saña como el comienzo de los calores estivales. El Congreso ha quedado completa y definitivamente paralizado por la polarización política de demócratas y republicanos, sin otra mira que la captura electoral de la opinión pública.

Los republicanos, incapaces de presentar un solo proyecto legislativo que no sea la simple oposición a cuanto hace o propone Barack Obama, y apurados por el reto que desde el interior del partido presentan los candidatos del “Partido del Té”, cierran filas para atacar como sea y en cuanto puedan al presidente demócrata y a su partido. Han resucitado asuntos que parecían ya resueltos, como el trato negativo de la agencia fiscal, el IRS, contra las organizaciones conservadoras, y la responsabilidad por la tragedia de Bengasi. Y se encarnizan en la investigación de los nuevos escándalos de la administración de los veteranos de guerra y en la tragedia de la inmigración descontrolada.

Por su parte, Obama, frustrado por el obstruccionismo legislativo de los republicanos, se ufana de estar gobernando por decreto. Elevó el salario mínimo de los empleados del Estado estableciendo además la igualdad salarial para las mujeres; ha frenado la deportación de los indocumentados llegados a Estados Unidos siendo niños; ha impuesto la no discriminación por razones de orientación sexual a las empresas que contraten con el Estado; ha emitido una serie de medidas para regular mejor el tráfico de armas; está impulsando lo más que puede la campaña para controlar el cambio climático; e insiste en remediar la crisis económica mediante las masivas obras públicas que requiere la infraestructura del país.

Naturalmente, la aplicación de sus decretos se ciñe a la competencia reglamentaria del ejecutivo, pero su efecto moral está siendo fundamental: varias empresas y algunos Estados han seguido…

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