Aunque las relaciones entre España y los países de Asia y del Pacífico han sido tradicionalmente amistosas, lo cierto es que la lejanía geográfica, la pérdida de influencia tras 1898 y la existencia de etapas de aislamiento político y económico han restado intensidad al flujo económico y comercial. En el contexto actual, de globalización de los mercados, es necesario impulsar aún más las relaciones económicas, comerciales e incluso culturales.
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