POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 209

La ‘ilusión’ balcánica, ¿imperativo geopolítico?

Los países de los Balcanes occidentales siguen en un limbo geopolítico. Cualquier retroceso en la integración los dejaría sin esperanzas en una coyuntura marcada por la incertidumbre.
Miguel Roán
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En la antigua lengua serbo-croata, hoy dividida en serbio, croata, bosnio y montenegrino, la palabra iluzija (ilusión) carece de la acepción referida al concepto de esperanza. En su defecto, se reemplaza por la palabra nada (esperanza) cuando se tiene confianza en lograr algo que está por cumplirse. En este juego lingüístico entre el español y las lenguas exyugoslavas se oculta una constatación sobre la integración europea de Albania, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte y Kosovo (los seis de los Balcanes occidentales o WB6): la población ni tiene esperanzas ni se hace ilusiones de que en esta etapa sus respectivos países lleguen a ser miembros de la Unión Europea.

El 18 de junio de 2003, Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, en la rueda de prensa para presentar el Consejo Europeo de Tesalónica afirmó sobre los Balcanes occidentales: “Es nuestra responsabilidad hacia esta región y nuestra determinación ayudar a sus países a convertirse en miembros de la Unión”. Lo lógico era que lo fuesen después de Eslovenia (2004) y Croacia (2013), pero ha pasado casi una década y la membresía sigue pareciendo una ilusión para millones de ciudadanos.

La recuperación económica tras la fase de austeridad posterior a la crisis de 2008, la crisis de Ucrania en 2014, el Brexit de 2016, la gestión de la inmigración a partir de 2015, el disenso intraeuropeo en los frentes occidental-oriental y norte-sur; la recuperación tras la pandemia del Covid-19, y la guerra en Ucrania… Todas estas cuestiones han ocupado y ocupan la agenda de la diplomacia europea, demostrando que el proceso de integración no solo depende de los esfuerzos de los candidatos, tampoco (o no en exclusiva) del interés de los Estados miembros o de la propia UE, divididos en esta cuestión, sino de una arquitectura europea de seguridad…

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