POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 50

La nueva complejidad

Editorial
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A lo largo de los siglos, las grandes transformaciones sociales y políticas se han producido sin que quienes vivían en medio de ellas pudieran percibirlas del todo. Sólo la perspectiva que da el tiempo permitía definir épocas y ciclos y explicar de manera sistemática el contorno y alcance de los cambios producidos. El hombre contemporáneo, al contrario que sus antecesores, sabe que está viviendo una de esas fases, pero ni el mejor conocimiento que tiene la humanidad de sí misma ni el alud de información con el que se ve abrumado cada día le permiten tener una idea siquiera aproximada de lo que está ocurriendo. La aceleración del ritmo histórico hace más necesario que nunca un esfuerzo de comprensión, pero también impide un análisis único y duradero. La imposibilidad de todo paradigma quizá sea el tema de nuestro tiempo.

El sistema político internacional, objeto de nuestras páginas, no escapa a esa descripción. El prodigioso año 1989 puso fin a un esquema de disciplina y estabilidad creado en 1945 –más correctamente en 1947– pero muchas de sus implicaciones apenas las hemos entrevisto. Hemos entrado en una nueva época, pero no podemos saber si, para los historiadores del futuro, resultará más definitorio la aparición del ordenador personal en 1981, el descubrimiento de una nueva galaxia o la caída del muro de Berlín. Las nuevas realidades requieren un pensamiento necesariamente complejo, pero compatible con el propósito –que puede ser modesto– de ofrecer una guía para orientarnos por un camino cuyo punto de destino desconocemos.

Basta contemplar el índice de este ejemplar de POLÍTICA EXTERIOR para comprender cuánto ha cambiado la escena internacional desde que el primer número de la revista saliera a la calle en enero de 1987. Gorbachov llevaba entonces casi dos años al frente. La nueva complejidad de la URSS y…

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