Autor: V.V.A.A.
Editorial: Varias

La periferia, en el centro

La historia y la política globales parecen hoy, si cabe, más complejas que hace apenas unas décadas, aunque solo sea porque hay muchos más actores que están dispuestos y capacitados para participar en ellas. Lo cual es una buena noticia aunque, sin duda, requerirá que leamos más cosas y más distintas.
Ramón González Férriz
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En la última década, Occidente ha empezado a deshacerse de uno de sus prejuicios más arraigados: la sensación de que ocupa el centro de la historia y del planeta. Los motivos han sido, en parte, intelectuales: la constatación de que existen mejores maneras de hablar de la política global, y de que hay historias que por la raza, la procedencia o las ideas de sus protagonistas no se han contado lo suficiente. En ese sentido, esta rectificación paulatina ha tenido también motivos morales: el pasado de Occidente está vinculado a algunas realidades –de la esclavitud a los exilios masivos, del colonialismo a la beligerancia– que debemos conocer mejor. Pero, en última instancia, en el plano político ese renovado interés por otros lugares e historias se debe al hecho de que, en los últimos años, muchos países que en el pasado ocupaban un lugar periférico en la economía y la geopolítica se están volviendo centrales en las relaciones políticas, comerciales, culturales e incluso deportivas.

Desde hace tiempo, Política Exterior refleja en sus páginas este proceso de convergencia. Y también quiere hacerlo su sección de reseñas. En esta nueva selección de libros recuperamos cinco críticas publicadas en los últimos meses que cuentan una parte de esta historia. El ascenso de Qatar de potencia gasística a actor global empeñado en invertir en su poder blando; el enorme papel que desempeñó la esclavitud de los hombres y las mujeres africanos en la configuración de la política y la economía capitalista modernas; la lenta transformación de la Corea del Norte de Kim Jong-un, que más allá de los tópicos ha alentado la creación de una creciente economía privada; el papel del salafismo dentro del islamismo de las últimas décadas y sus pretensiones de purificar el mundo árabe y musulmán; y la historia personal de Enrique Krauze, que en su nuevo libro, de carácter autobiográfico, reconstruye su propia vida y el papel de los judíos, los exiliados españoles, los liberales y otros heterodoxos, que durante mucho tiempo fueron considerados actores periféricos, en la historia de México.

La historia y la política globales parecen hoy, si cabe, más complejas que hace apenas unas décadas, aunque solo sea porque hay muchos más actores que están dispuestos y capacitados para participar en ellas. Lo cual es una buena noticia aunque, sin duda, requerirá que leamos más cosas y más distintas. Esto es solo una muestra.

 

Qatar 2022, ¿oportunidad o castigo?

Jaime Colebrook Carrasco

Qatar le debe la mayor parte de su prosperidad económica a su riqueza gasística, que sostiene su economía y constituye la columna vertebral de su “poder blando”. El pasado humilde de sus habitantes, que se dedicaban principalmente al comercio de perlas, aún pervive en la memoria colectiva. Hoy, el tercer productor de gas mundial y el principal productor de gas licuado no se conforma únicamente con esta fuente de ingresos. Su Visión 2030 demuestra su compromiso por diversificar la economía y su apuesta por las energías renovables, una mirada hacia el futuro poco convencional para un país ultra-dependiente de este recurso.

Las ramificaciones de su “poder blando” las podemos encontrar en la cadena panárabe Al Jazeera que, con una inversión relativamente pequeña, le ha brindado al país una enorme reputación. Los ejemplos de su influencia desfilan a lo largo del libro. Entre ellos destacan la aerolínea Qatar Airways, las apuestas por la economía del conocimiento y su fondo soberano, el Qatar Investment Authority (QIA). Este último tiene la misión de crear un robusto colchón económico que contribuya a diversificar su economía y ligar la fortuna qatarí a varios proyectos en el extranjero, garantizando la independencia financiera y política del emirato. El brazo financiero de Qatar cuenta incluso con participaciones en firmas de lujo, clubes de fútbol como el PSG y alcanza a sociedades españolas como Iberdrola o el Grupo Prisa. Todo ello le ha otorgado al país del Golfo el reconocimiento de inversor de alto perfil.

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La esclavitud que forjó la política y la economía modernas

Mariano Aguirre

Born in Blackness describe la trayectoria de la esclavitud y sus impactos económicos y políticos: los esclavos africanos sustituyendo a la mano de obra indígena de América Latina (y Canarias) cuando era exterminada por el trabajo forzado y las enfermedades; el papel de la producción de algodón por parte de la esclavitud en América que será clave en la Revolución Industrial en Gran Bretaña; las diversas rebeliones como la de Haití, que el autor reivindica como parte de la identidad negra; las plantaciones en Brasil; el decisivo papel productivo de las plantaciones en Jamaica y Barbados; la participación de soldados negros en la Guerra de Secesión en Estados Unidos y las luchas entre imperios en el siglo XIX, confrontaciones motivadas por el control del negocio de la esclavitud.

French avanza explicando la creciente sofisticación del sistema esclavista y regresa, una y otra vez, a los orígenes en São Tomé. En esa narrativa va uniendo datos, lugares, tendencias y personajes. Así, se ven otros aspectos de la esclavitud. Por ejemplo, que fueron esclavos negros sometidos por la élite blanca los que deforestaron el valle del Mississippi, sitio del que previamente fueron aniquilados y expulsados los indígenas para producir algodón. O que el sistema financiero de Estados Unidos prestaba fondos a los propietarios de plantaciones de acuerdo con el número de esclavos que poseyeran.

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Corea del Norte, más allá del misil

Javier Borràs Arumí

El análisis de la figura de Kim Jong-un de Vidal y Romero contradice el estereotipo del mandatario. Las autoras explican que Kim Jong-un, en comparación con su padre, es una figura que está apostando por la modernización del país, proponiendo una dualidad en el desarrollo que priorice tanto el programa militar como la economía. Desde 2015 hasta el inicio de la pandemia, Vidal y Romero han viajado varias veces a Corea del Norte y han podido ver cambios modernizadores tanto en la infraestructura del país como en las costumbres y los productos de su población. Por ejemplo, no es extraño encontrarse por Pionyang a mujeres con bolsos falsificados de famosas marcas de lujo occidentales. Estos cambios, sin embargo, no han conllevado una reducción en la brutalidad de la política norcoreana: para consolidarse en el poder, Kim Jong-un mandó ejecutar al número dos del régimen, Jang Song-thaek, y a su hermanastro Kim Jong-nam.

La modernización del país que Kim Jong-un quiere impulsar (y que parece que ha quedado frenada por la pandemia) está basada, por un lado, en la aceptación de facto de la economía informal y privada al margen del estado de los llamados mercados jangmadang, de los que, según algunos estudios, vive el 80 % de los norcoreanos. Por otro lado, el régimen también ha permitido el crecimiento de una clase media-alta, los donju, propietarios de empresas, con permiso para viajar al extranjero y con acceso a productos, tiendas o restaurantes inalcanzables para el resto de norcoreanos.

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Salafismo, la mundanidad de la pureza

Moussa Bourekra

El concepto de salaf (predecesores) que reivindica la corriente salafista no aparece como tal en el Corán. De hecho, ha sido objeto de una apropiación por parte de los salafistas para distinguir entre los verdaderos seguidores de la Sunna y los demás. Si bien esta corriente sostiene que es la única vía auténtica para ser un verdadero musulmán, no deja de ser una construcción doctrinal moldeada por distintas autoridades salafistas a lo largo de los siglos cuyo doble objetivo ha sido la “depuración del pasado y la purificación del presente”. De este modo, los salafistas han creado sus propios métodos de selección e interpretación de los hadices, sus propias autoridades y su propio lenguaje.

Bajo esta perspectiva, recuerda la plétora de retos a los que diferentes figuras prominentes del salafismo y del wahabismo han tenido que enfrentarse como el racionalismo ilustrado, el fin del califato en 1924, la lucha anticolonial o la irrupción de cuestiones relacionadas con el modo de gobernanza perfectamente islámico o la relación entre lo civil y lo religioso. En un contexto marcado por multitud de mutaciones culturales, económicas, políticas y sociales, el salafismo ha buscado promover un ideario modélico, un dogma según el cual el salaf es “estático, inmutable, ajeno al contexto y las necesidades”. Sin embargo, esta pretensión no es otra cosa que una construcción textual mundana, es decir el fruto de determinadas circunstancias, épocas, lugares y sociedades. Luz Gómez detalla los contextos en los que los significados de los textos que sirven de referencia a los salafistas han sido trasmitidos. Este proceso de construcción doctrinal fue complementado por una serie de prácticas que van desde la creación de hermandades para mantener la autenticidad que estas comunidades reclaman, a diversos rituales, formas de socialización e incluso de vestir y de hablar el árabe.

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Biografía intelectual de Enrique Krauze

Luis Esteban G. Manrique

El México de Lázaro Cárdenas (1934-1940) fue para los judíos askenazis y sefardíes, y para muchos otros exiliados, como los republicanos españoles, una tierra prometida, hospitalaria y acogedora. Los Krauze olvidaron pronto la die alte Heim (el viejo hogar), convertido en un vasto cementerio judío, y se hicieron profundamente mexicanos, en todo menos el credo religioso.

Quizá por la ausencia católica y barroca en sus biografías, se convirtieron en fieles creyentes de su religión cívica, que es su historia, “una forma inocente de mexicanismo cultural, de patriotismo”, como llama el culto a Juárez y las celebraciones del 5 de mayo y del 16 de septiembre, incidentalmente su cumpleaños.  Cuando Krauze era niño, solo hacía 30 años que había concluido la mítica revolución de 1910, cuyas leyendas recreaban radionovelas que incluían canciones, dramatizaciones y anécdotas que inspiraron en el futuro historiador una vitalicia pasión por sus personajes.

A lo largo del libro, la biografía del autor se van entretejiendo con sus recuerdos de figuras como Paz y Daniel Cosío Villegas, fundador del Fondo de Cultura Económica y de El Colegio de México y al que Krauze describe como un “liberal de museo” que dedicó su vida a edificar en México una “democracia sin adjetivos”. Su mirada se extiende a la Patria Grande, en la que dice creer con firmeza, con fascinantes retratos y diálogos con Borges, Enrique Lihn, Guillermo Cabrera Infante y Mario Vargas Llosa, entre otros escritores e intelectuales.

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