POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 187

Emigrante venezolano en una zona de acogida preparada por el gobierno de Colombia (Bogotá, 13 de noviembre de 2018). REUTERS/GTRES

Una agenda iberoamericana de las migraciones

No hay nada inevitable en la deriva regresiva global que vivimos. Iberoamérica tiene la oportunidad de ofrecer una voz diferente sobre el fenómeno de las migraciones en el siglo XXI.
Gonzalo Fanjul
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La escena es convenientemente retratada y recortada, y se convierte en el salvapantallas de las elecciones legislativas estadounidenses del pasado noviembre: unos miles de migrantes hondureños atiborrando un puente en su camino hacia la frontera sur de Estados Unidos. La imagen misma de una invasión desesperada. En otro rincón del continente americano, cientos de miles de venezolanos abandonan su país empujados por la violencia, la carestía y el fracaso del Estado. Colombia, Brasil, Panamá y Perú declaran situaciones más o menos formales de emergencia y advierten de un posible cierre de fronteras. Es la versión americana de la supuesta crisis migratoria global.

América Latina no iba a ser la excepción a una narrativa pública que se ha impuesto casi sin matices en las principales regiones de destino del planeta: la idea de que el mundo se enfrenta a una emergencia sin control ni precedentes provocada por las migraciones. Una crisis que en el corto plazo amenaza la seguridad y prosperidad de los destinatarios, y en el largo podría llegar a diluir la identidad de sus sociedades. El fenómeno migratorio determina hoy resultados electorales y agendas políticas mucho más, posiblemente, de lo que lo ha hecho desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Y América Latina no es más que otro escenario de esta batalla global.

Pero la realidad, como ocurre a menudo, se parece poco a la caricatura alarmada que pintan los populistas. Las espectaculares imágenes de desplazamiento forzoso en América Latina y el Caribe capturan solo una parte de un fenómeno mucho más amplio, complejo y positivo, que ha ayudado a conformar las sociedades de un continente entero. Hoy la región cuenta con una población inmigrante de 10 millones de personas y con flujos de emigración cuatro veces más altos, según datos del departamento de Datos Económicos y…

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