José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Reino de España, presenta la transformación institucional de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID). (Madrid, 10 de junio de 2025).

España lidera la nueva senda del desarrollo sostenible global

La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de Sevilla es un hito histórico para España, la Unión Europea y el multilateralismo. Por primera vez, un país europeo ejerce de anfitrión, lo que subraya nuestro peso internacional y nuestra capacidad de generar consensos.
José Manuel Albares Bueno
 |  25 de junio de 2025

La cooperación internacional para el desarrollo sostenible es una política estratégica e imprescindible, parte esencial de nuestra acción exterior, y una auténtica política de Estado en España. Sin embargo, nos enfrentamos a una profunda transformación del sistema internacional. Nos encontramos en una coyuntura de múltiples crisis simultáneas y superpuestas que ponen en jaque la cooperación internacional para el desarrollo sostenible. La lucha contra la pobreza, la consecución de una igualdad real y los retos energéticos son desafíos acuciantes que forman parte de esta compleja situación global.

Nos enfrentamos a un escenario marcado por una crisis de la solidaridad global, donde el mundo precisa más cooperación, no menos. En este contexto crítico, la cooperación internacional se convierte en una herramienta esencial ya que ningún país puede ni debe abordar estos desafíos globales por sí solo. La respuesta debe ser colectiva, a través de alianzas estratégicas y multilaterales que atiendan tanto las emergencias inmediatas como los objetivos de desarrollo sostenible a medio y largo plazo.

 

«La cooperación internacional para el desarrollo sostenible es una política estratégica e imprescindible»

 

Pese a la creciente interdependencia global, nos encontramos con una tendencia de regresión en el apoyo al multilateralismo y a las soluciones compartidas. Esta tendencia se ha manifestado en la reducción de fondos y en discursos críticos contra los valores fundamentales del derecho internacional y de la cooperación internacional, que ponen en riesgo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y atacan la igualdad y el respeto a la diversidad.

Frente a este escenario, España juega un papel crucial en el apoyo político y financiero a la cooperación y al multilateralismo, consolidando así una política exterior con identidad propia, basada en valores claros: defensa de la paz y del derecho internacional, protección de los derechos humanos y promoción del desarrollo sostenible.

 

Apuesta por el multilateralismo

España apuesta decididamente por fortalecer el sistema multilateral basado en normas, aumentar la ayuda al desarrollo y reforzar la posición de las Naciones Unidas como líder en la gestión de los desafíos globales. La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de Sevilla es un ejemplo más de la voluntad que tiene España de poner su influencia y su capacidad de proyección al servicio del multilateralismo. Esta cita es un momento histórico para crear una nueva arquitectura financiera que garantice el cumplimiento de los ODS. Esta tarea se vuelve aún más urgente en un momento en el que las tendencias hacia una mayor competición geoestratégica y el repliegue internacional dificultan la cooperación multilateral, precisamente cuando es más necesaria que nunca.

Por ello, España sigue y seguirá impulsando las políticas de desarrollo sostenible y la acción humanitaria como herramientas esenciales para afrontar los desafíos colectivos y para hacer frente a las consecuencias de los conflictos. Fruto de ese compromiso es el aumento de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española en un 12% el pasado año, superando los 4.000 millones de euros, una cifra que supone un aumento de más de 400 millones respecto al año anterior, en un momento en el que numerosos países recortan esta partida de ayudas.

Nuestra política de cooperación no es solo una cuestión de solidaridad, sino también una responsabilidad compartida, que promueve un mundo más estable, justo y seguro. Recientemente, el gobierno español aprobó la Estrategia de Acción Exterior 2025-2028, que destaca el multilateralismo y la cooperación internacional como prioridades políticas de primer orden. Apostar por ellas es defender nuestros valores democráticos, garantizar la seguridad global y asegurar un futuro más próspero y justo para todas las personas, en todos los países.

 

Nuestra política de cooperación, política de Estado

La reforma de nuestro sistema de cooperación, impulsada con la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global –aprobada en febrero de 2023 casi por unanimidad– refleja una voluntad política y social firme en apoyo de lo que consideramos es una política de Estado.

El Plan Director de la Cooperación Española establece como objetivo alcanzar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta en Ayuda Oficial al Desarrollo para 2030, con al menos un 10% destinado a la acción humanitaria. Este nuevo Plan prioriza África Occidental, el Sahel, América Latina, el Caribe y el mundo árabe, reforzando el enfoque en África Subsahariana a través del apoyo al empleo juvenil y la protección de los derechos de mujeres y niñas en todos los contextos.

La Estrategia de Política Multilateral para el Desarrollo Sostenible, actualmente en preparación, consolidará una visión de conjunto acerca de los principales desafíos a nivel global, avalados por las Cortes Generales y por los agentes de cooperación. Este consenso potencia la transparencia y la eficacia, garantizando que cada euro invertido genere un impacto real.

Tras la aprobación de los diferentes reales decretos que desarrollan la Ley, el Estatuto de las Personas Cooperantes y el nuevo Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) refuerzan los derechos de los profesionales y modernizan el funcionamiento de nuestra agencia de cooperación. La nueva normativa de subvenciones agiliza la gestión de fondos con procedimientos más sencillos sin sacrificar rigurosidad ni transparencia. El futuro Fondo Español de Desarrollo Sostenible ampliará la escala e impacto de nuestra cooperación financiera.

 

«La reforma de nuestro sistema de cooperación refleja una voluntad política y social firme en apoyo de lo que consideramos es una política de Estado»

 

La creación de la nueva Comisión Interministerial para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global y de la Conferencia Sectorial, en la que participan las comunidades autónomas y los entes locales, y el inminente Consejo Superior de Cooperación, refuerzan el espacio de diálogo entre todos los actores y consolidan un modelo descentralizado que reconoce el valor de la cooperación, que se promueve también a nivel subestatal.

La Ley también impulsa la mejora continua de la calidad e impacto de nuestra cooperación con la creación de la Oficina de Evaluación de la Cooperación Española, promoviendo una cultura de la evaluación que fortalece su eficiencia y sostenibilidad.

 

Compromiso con el Desarrollo Sostenible

La Agenda 2030, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y los recursos necesarios para su financiación, requiere un compromiso renovado y colectivo. La Conferencia de Sevilla debe convertirse en la prueba irrefutable de que, cuando la voluntad política se une, los desafíos más complejos pueden superarse. Sevilla debe quedar grabada en la historia como un hito de solidaridad y esperanza y un impulso al multilateralismo capaz de generar resultados concretos.

Perder esta ocasión tendría un coste mucho más alto que la brecha de financiación: pondría en jaque la confianza global y la credibilidad de nuestro sistema multilateral. Sevilla representa una oportunidad única para reformar la arquitectura financiera, construyendo una gobernanza inclusiva, y para garantizar que los recursos lleguen a quienes más lo necesitan.

Es la hora de elevar el listón más allá de Adís Abeba y acelerar el cumplimiento de los ODS. Desde España, renovamos nuestro llamado a todos los actores –sobre todo gobiernos, pero también instituciones, sociedad civil, sector privado y academia– para forjar un partenariado global sólido. Juntos podemos hacer realidad nuestro compromiso con el desarrollo sostenible.

 

Financiar el desarrollo no es solo cuestión de AOD

Sí como los ODS van más allá de la ineludible lucha contra el hambre y la pobreza e incluyen también acceso a energía verde e infraestructuras, su financiación va mucho más allá de las donaciones, incluyendo, por ejemplo, los impuestos o las inversiones. De hecho, incluso si todos los países donantes actuales dedicasen el 0,7% de su PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo, solo conseguiríamos cubrir el 10% de las necesidades de financiación anual.

La financiación del desarrollo es un marco amplio que aspira a movilizar más y mejores recursos, ya sean públicos o privados, nacionales o internacionales, tangibles o intangibles. La agenda cubre todas las áreas que pueden contribuir al desarrollo sostenible de un país: desde la fiscalidad al comercio, de la deuda a la ciencia, la tecnología y la innovación, pasando por la movilización del sector privado y la cooperación internacional para el desarrollo.

España, además de ser el país anfitrión, está siendo un actor activo en las negociaciones, con una posición ambiciosa y a la vez pragmática y orientada a la acción.

En primer lugar, reafirmamos nuestro compromiso con la AOD e instamos a todos los países a cumplir la meta del 0,7% de su ingreso nacional bruto, ya blindada en nuestra Ley de Cooperación. No obstante, solo la AOD, por crucial que esta sea, no cubrirá la brecha financiera: debemos movilizar recursos internos y capital privado.

España promueve una tributación progresiva y efectiva de las grandes fortunas y las multinacionales, gravámenes ambientales globales sobre las emisiones de carbono y el combate frontal a los flujos financieros ilícitos, y participa activamente en la negociación de la Convención Marco de la ONU sobre cooperación tributaria internacional. Igualmente, proponemos un registro mundial de activos que refuerce la transparencia y reduzca la evasión fiscal.

 

«Defendemos el fortalecimiento de los bancos nacionales de desarrollo para catalizar inversión adicional y expandir la inversión de impacto»

 

Asimismo, defendemos el fortalecimiento de los bancos nacionales de desarrollo para catalizar inversión adicional y la expansión de la inversión de impacto. Reivindicamos la centralidad de los gobiernos locales y regionales: para que el cumplimiento de los ODS llegue a cada barrio, a todas las comunidades, en cada territorio.

En materia sistémica, España ya ha reencauzado parte de su asignación de derechos especiales de giro y anima a los demás a comprometer al menos el 50%. Frente a las crisis, proponemos cláusulas automáticas de pausa de la deuda, aplicables a todo acreedor, que se activen ante emergencias climáticas, sanitarias o alimentarias. Reclamamos un diálogo anual entre la ONU, el Club de París, el G20 y otros actores para garantizar soluciones inclusivas y transparentes, y alentamos el uso creativo de canjes de deuda que multipliquen su impacto social y ambiental.

Aspiramos a la paridad en los órganos decisorios de las instituciones financieras internacionales antes de 2030 e insistimos en que cada euro movilizado integre una perspectiva de género.

Por último, la financiación debe medirse con datos sólidos, desagregados por sexo, y métricas que superen el PIB, incorporando las brechas de desigualdad y las vulnerabilidades ambientales y frente al cambio climático.

En Sevilla no termina el camino: creemos imprescindible un mecanismo de seguimiento vinculante que, año tras año, convierta los compromisos en logros. Solo así rendiremos cuentas, ante nuestras ciudadanías y las generaciones futuras, de la promesa de un desarrollo sostenible e inclusivo.

 

El compromiso de Sevilla

La Conferencia de Sevilla es un hito histórico para España, la Unión Europea y el multilateralismo. Por primera vez, un país europeo ejerce de anfitrión, lo que subraya nuestro peso internacional y capacidad de generar consensos. Nuestro compromiso será también con el seguimiento de los acuerdos alcanzados.

Como forma adicional de multiplicar el impacto, promovemos la “Plataforma de Acción de Sevilla”, una iniciativa del presidente del gobierno, de España, Pedro Sánchez, y del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, llamada a impulsar iniciativas complementarias basadas en el documento final aprobado en la Conferencia, que reforzarán la acción transformadora y la movilización de recursos.

Sevilla no es el final de este camino que iniciamos cuando España fue designada por la comunidad internacional como anfitriona de esta Conferencia; es el principio de una senda que solo acabará cuando alcancemos un desarrollo verdaderamente sostenible. 

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