Hacia un nuevo equilibrio de poder en Egipto

 |  2 de diciembre de 2011

 

Por Marcos Suárez Sipman, politógo y jurista. Desde El Cairo (Egipto).

De acuerdo con las estimaciones preliminares de esta primera vuelta, los Hermanos Musulmanes pueden haber obtenido el 40% de los votos. La Alianza Democrática, que encabeza su Partido de la Libertad y la Justicia, incluye a otras seis organizaciones –dos de ellas laicas–, y habría alcanzado un objetivo bastante superior al 20-30% augurado por los observadores.

La tarea fundamental del nuevo parlamento será seleccionar los cien miembros de una Asamblea Constituyente para formar una nueva Constitución, que será sometida a referéndum. Que esto se haga antes o después de la elección presidencial, aún no se sabe. Tampoco sabemos si el nuevo presidente disolverá inmediatamente el parlamento.

El ejército ha nombrado a Kamal al Gansuri nuevo primer ministro. Gansuri, de 78 años y doctor en Economía, ya fue premier del presidente Hosni Mubarak entre 1996 y 1999. No se siente una animadversión personal contra él – tuvo que dimitir por diferencias con Mubarak – aunque es la falta de legitimidad democrática la que lo descalifica a los ojos del pueblo. Su tarea será la de formar un gobierno de transición, que previsiblemente se mantendrá en el cargo solo unos meses. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas insiste en que Gansuri tiene “plenos poderes” para gobernar. Pero sobre el papel, el Consejo Supremo tendrá la última palabra en los asuntos de Estado hasta la inauguración del nuevo presidente.

 

Embrollo electoral

Hay 47 organizaciones políticas, sin contar con los aspirantes independientes. Esto dificulta la tarea de los votantes. El proceso se complica más al dividir la junta militar el proceso electoral en seis fases, dividas a su vez en primera y segunda vuelta, cada una de dos días. El 12 de marzo de 2012 será la última de 24 jornadas electorales en cuatro meses.

A los Hermanos Musulmanes les conviene que en segundo lugar no haya quedado una formación laica, sino los radicales de la Alianza Islamista, liderada por el Partido Al-Nour, con entre 5% y 15% de los votos. Esto les ayudará a destacar su carácter “moderado” pues, como afirman, los salafistas aspiran a adaptar la vida moderna a la sharia (ley islámica), mientras que ellos, los Hermanos Musulmanes, tratan de adaptar la sharia a la vida moderna.

En tercera posición, el Bloque Egipto, una coalición liberal formada en torno al partido Egipcios Libres, creado hace pocos meses por el copto Naguib Sawiris, exitoso empresario de las telecomunicaciones. Otros miembros del Bloque son los partidos izquierdistas de Tagammu y el partido socialdemócrata egipcio. Los resultados del Bloque Egipto han sorprendido y rebasado ampliamente los del viejo partido liberal del Wafd.

La cadena Al Jazeera estima que han sido anulados los derechos electorales de al menos 30.000 personas arrestadas en algún momento. Sin distinguir entre criminales comunes y detenidos políticos.

Los manifestantes de la plaza Tahrir no son Egipto, pero su sacrificio y bravura provocó la caída de Mubarak y ahora han logrado doblegar la voluntad de los militares. Durante más de medio siglo los militares han sido los dueños y señores de Egipto. Querían imponer un calendario hecho a su medida.

¿Cuál será ahora el objetivo de la protesta? No hay consensos y muchos egipcios temen volver a ser engañados. Recelan de un posible acuerdo entre militares e islamistas para repartirse el poder: mayoría parlamentaria islamista, pero con un presidente militar. No es algo improbable. Sin embargo, el pueblo egipcio –al menos una parte importante– se ha levantado y empezado a hacer valer sus derechos.

Muy pocos quieren otro presidente militar y muchos se sienten atraídos por figuras como Mohamed el Baradei o el moderado Abdel Monem el Fotoh, disidente de los Hermanos Musulmanes.

 

Economía en crisis

Un aspecto a resaltar es el desesperado estado de la economía egipcia. Conviene no olvidar que la revolución egipcia –como en general la “primavera árabe”– es no solo rebelión contra la dictadura, sino lucha contra un orden económico manifiestamente injusto.

Y no olvidemos que casi la mitad de los 85 millones de egipcios vive por debajo del umbral de la pobreza (dos dólares al día) y que lo que más les importa es ver una mejora en su vida diaria. Los que mejor han comprendido esto son los Hermanos Musulmanes – grupo muy implantado en la sociedad, entre otras razones por su labor de asistencia social. Su brazo político está liderado por empresarios exitosos y profesionales liberales. Plantea políticas económicas capitalistas similares al AKP turco para emular el crecimiento de Egipto. Sus propuestas económicas son concretas, más allá de la retórica de la justicia social y la lucha contra la pobreza. Saben que deben reformar el enorme e ineficiente sector público, luchar contra la corrupción, crear PyMEs para los jóvenes y generar empleo.

Los jóvenes y las mujeres son los auténticos protagonistas de esta revolución. Ver la chocante imagen de las dos colas antes los colegios electorales –una para mujeres, otra para hombres– recuerda uno de los grandes objetivos de la “primavera árabe”: la igualdad de la mujer.

Solo tendrá éxito la democracia en Egipto si implica libertad, igualdad y bienestar económico.

 

Para más información:

Entrevista por Valentina Saini, «Entrevista. Los Hermanos Musulmanes del Egipto pos Mubarak». Afkar/Ideas núm. 30, verano 2011.

Nathalie Bernard-Maugiron, «Egipto: los desafíos constitucionales». Afkar/Ideas núm. 31, otoño 2011.

Omayma Abdel-Latif, «La revolución debe continuar, su espíritu sigue vivo». Política Exterior núm. 143, septiembre-octubre 2011.

Ignacio Álvarez-Ossorio, «Libros: También para Egipto, ‘la democracia es la solución’». Política Exterior núm. 143, septiembre-octubre 2011.

Carlos Echeverría, «Las Fuerzas Armadas en las revueltas árabes». Afkar/Ideas núm. 30, verano 2011.

Salam Kawakibi, «Transiciones convulsas en Túnez y Egipto». Afkar/Ideas núm. 30, verano 2011.

El número 57 de Economía Exterior está dedicado a la economía de la «primavera árabe». Para ver el índice haga clic aquí.

Gonzalo Escribano, «Economía del cambio en el mundo árabe». Política Exterior núm. 141, mayo-junio 2011.

 

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