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Tropas españolas patrullan la playa del Tarajal, en la frontera entre España y Marruecos. JOAN AMENGUAL/VIEWPRESS/GETTY

Marruecos-España: ¿condenados a entendernos?

No estamos condenados a entendernos, como decía Hassan II. Pero el arte de la política es hacer posible lo que sea mejor para todos. Y lo mejor es, sin duda, entendernos.
Josep Piqué
 |  28 de mayo de 2021

Se dice que, en pleno franquismo, Hassan II le dijo al entonces embajador español en Rabat, Manuel Aznar, que ambos países “estábamos condenados a entendernos”. La frase se ha convertido en un tópico habitual al tratar la relación bilateral. Pero, recurrentemente, se suceden incidentes y crisis diplomáticas que ponen en duda la veracidad del aserto. A menudo parece que, por el contrario, estamos condenados a no entendernos.

La verdad es que los sucesivos gobiernos españoles, a pesar de los desencuentros, han intentado que los eventuales contenciosos que han ido surgiendo se pudieran abordar desde un contexto más amplio, derivado de una creciente interdependencia de intereses que facilitara la gestión de los diferendos existentes. Y el resultado no es menor: España es el principal socio comercial, empresarial, de cooperación e inversor en Marruecos (visto en su conjunto), desplazando la posición que tradicionalmente tenía Francia. El turismo español es creciente y la comunidad marroquí en España supera las 800.000 personas, de manera que a esos intercambios de contenido económico se añaden los de carácter humano, como corresponde a países vecinos, condenados a ello –eso sí– por la geografía.

Pero como nos enseña la historia, la vecindad también suele comportar confrontación, que solo la voluntad decidida desde el poder político –respectivo– puede hacer desaparecer.

Marruecos ha ido incrementando su relevancia geopolítica gracias a su estabilidad interna, su política exterior alineada con Occidente, durante y después de la guerra fría, y a su visible avance económico, aunque muy desigual tanto desde la perspectiva social como territorial. Marruecos se ha convertido en un aliado significativo de Estados Unidos en el mundo árabe, por su contribución a la seguridad del flanco suroccidental del Mediterráneo y, también, por su creciente proyección al resto del continente africano. La última prueba –desde la frivolidad y el desdén a la legalidad internacional que caracterizaba a la administración de Donald Trump– ha sido el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, en paralelo al reconocimiento de Israel por parte del país alauita. Todo apunta a que tal decisión será mantenida por Joe Biden, aunque pueda ser matizada para hacerla menos discordante con la posición de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional. Así lo pone de relieve la reacción implícita del secretario de Estado, Antony Blinken, ante el conflicto.

Marruecos aspira a ser una potencia regional y la vía natural de entrada de Europa hacia África, una vez la diplomacia marroquí ha ido afianzándose en el continente, a pesar de su aislamiento inicial por el contencioso del Sáhara. El fin de la guerra fría cambió sustancialmente el marco preexistente y Marruecos ha sabido aprovecharlo, a pesar de la permanente contraposición con Argelia, disputándole la hegemonía en los dos ámbitos mencionados.

Por otra parte, Marruecos tiene un “proyecto nacional” compartido –mucho más allá de la voluntad del Rey o de sus élites gobernantes– que incluye la soberanía de iure sobre el Sáhara, que supere la de facto que ya posee. España lo sabe. Pero sabe también que ese proyecto nacional incluye a Ceuta y Melilla (y, eventualmente, las Islas Canarias). La geografía siempre está, aunque en este caso entre en contradicción con la historia.

España, por consiguiente, no puede ceder en su integridad territorial y en la naturaleza española y europea de Ceuta y Melilla. Estamos condenados a que eso sea así. Y hay que gestionarlo con firmeza y determinación, que debe compatibilizarse con una relación bilateral cada vez más estrecha.

Ambas naciones comparten demasiadas cosas para no entender esas pautas. Y eso es cada vez más, también, un asunto europeo. Nuestras fronteras son las de Marruecos con la Unión Europea. Cuando Marruecos ha querido circunscribir el último conflicto al ámbito bilateral –centrado en la estancia del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital español, a petición de Argelia y ocultándolo a Marruecos, lo que ha sido, sin duda, un error que hay que subsanar cuanto antes y que se ha añadido a la posición pública y provocadora de una de las partes del gobierno español de coalición– se ha topado con la posición inequívoca (incluida Francia) de la UE, apoyando la posición española sin fisuras. Un claro error de cálculo por parte marroquí, que no debe hacernos olvidar que Ghali, como jefe militar del Polisario, ha roto el alto el fuego vigente desde hace 30 años, y que tiene un historial personal de todos conocido.

El peor error, no obstante, ha sido no entender que las circunstancias nada tienen que ver con la exitosa Marcha Verde organizada por Hassan II, en 1975, con Franco agonizando y con un gobierno español incapaz y deslegitimado interna e internacionalmente. Entonces, Marruecos utilizó a la población civil como escudos humanos para evitar la respuesta militar. Hoy tales actitudes no son tolerables. El uso de jóvenes –e incluso bebés– como instrumento de presión sobre Ceuta, con menosprecio del riesgo sobre las propias vidas de sus ciudadanos, ha sido peor que un crimen. Ha sido un descomunal error que deslegitima de entrada cualquier posición.

Esos errores, pues, han sido contraproducentes para la consecución de los objetivos nacionales perseguidos por Marruecos. Ningún país como España puede ceder a un evidente desafío en forma de chantaje como el producido. La respuesta no puede ser otra que contundente y clara: lo sucedido es inadmisible y complica enormemente cualquier avance en el ámbito político y diplomático en aquello que persigue Marruecos desde hace 45 años: el cambio de la posición de España sobre el Sáhara Occidental.

España no puede violar la legalidad internacional unilateralmente, como sí ha hecho EEUU. La posición española, que ha ido derivando desde apoyar un referéndum de autodeterminación, propio de los territorios en descolonización, a la búsqueda de una solución negociada en el marco de la ONU (que no es poca variación), y además, ha ido acompañada de múltiples gestos –públicos o no– que, de hecho, han sido cada vez más favorables a las tesis marroquíes. Seamos claros: hoy, la causa saharaui y la creación de un nuevo Estado viable e independiente no es contemplable. Lo impide la realidad.

Pero tal constatación debe formularse en el marco del respeto a la legalidad internacional, en el seno de la ONU y salvaguardando los derechos de los saharauis. Obviamente, España tiene mucho que decir como antigua potencia administradora y, además, debe formularlo desde una perspectiva europea.

El camino elegido por Marruecos no es precisamente el más adecuado para ello. Las urgencias históricas no suelen ser buenas consejeras en temas que hay que situar en una perspectiva de largo plazo para que puedan solucionarse pacífica y civilizadamente (y que obligan, por cierto, a la forja de consensos básicos y la superación de divisiones internas en nuestro propio país, algo esencial para la fortaleza y credibilidad de nuestra política exterior).

No estamos, pues, condenados a entendernos, como decía Hassan II. Pero el arte de la diplomacia y la política es hacer posible lo que sea mejor para todos. Y lo mejor es, sin duda, entendernos. Sin amenazas ni chantajes. De buena fe. Hablando con transparencia y respeto mutuo. Sólo así haremos que lo posible sea inevitable.

10 comentarios en “Marruecos-España: ¿condenados a entendernos?

  1. Buen artículo, solo que aferrarse al Asalto de inmigrantes a Ceuta y hacer girar toda la máquina mediática española sobre este tema fue un gran error, puesto que toda Europa estaba al corriente que la verdadera causa fue el jefe del polisario argelino.
    Involucrar a la UE en este tema sólo agravó las cosas, lo que no entendéis en España es que el Sahara es un tema de existencia de toda la nación marroquí sin excepciones.
    Cuando España habla del “régimen marroquí” olvidáis que el dirigente de Marruecos tiene a los 40 millones de marroquíes que le respetan y aman su nación estado.
    España no consigue entender que ser marroquí quiere decir que valoramos a nuestra grandeza que llevamos en nuestros genes, respeten a Marruecos como os respetamos, si los marroquíes os pierden el respeto España nunca podrá recuperar su posición de país vecino.
    Vecino quiere decir lealtad antes de nada.

    1. Senor Ministro, con todo mi respeto, en el caso de Marruecos y Espana, la geografia confirma la historia y no entra en contradiccion con ella.
      Como ciudadano martoqui , cuando paso al lado del penon de Velez u de Alcumemas , me siento atacado in mi dignidad. Es una situcion qui no existe in ninguna otra parte del mundo , un penon en una playa marroqui con la bandra de un pais extranjero , un pais vecino !
      La historia nos dice a nosotros marroquies y jamas eso no se olvide para las genraciones venideras que es por medio de la violencia militar que fueron ocupadas a partir de finales del siglo XV ; Melilla en 1497, Ceuta, oficilamente colonia española desde 1640, el peñon de Velez en 1508, el peñon de Alhucemas en 1673 , y por fin, las islas Chafarinas en 1848, privando Maruecos de la mayor parte de su fachada mediterranea.

      Durante toda esta historia, Marruecos nunca dejo de revindicar estos territorios.

      El problema senor ministro es cuando se trata de Gibratar, l’argumento historico es fundamental como si la verdad es diferente entre la dos orillas del Estrecho .

      1. Mezclar Ceuta y Melilla con Gibraltar es mostrar una ignorancia tremenda. Ceuta y Melilla son españolas desde hace 500 años, cuando Marruecos no existia como entidad politica o social. El Sahara no marroquí, es del polisario y Marruecos simplemente esta intengando robarlo por la puerta de atras

        1. Pues Sr / Sra. Chema, me parece que necesitas cursos de noche en Historia, cuando dices “…cuando Marruecos no existía como entidad política o social.” Pues de dónde salió, Idriss I y Idriss II, Youssef Ibnou Tachfin, Yaacoub Al Mansour, …
          No has escuchado hablar de la batalla de Oued El Makhazine que ha enfrentado Marruecos y fuerzas europeas, que ha tenido lugar el 4 de agosto de 1578, cerca de Ksar el-Kébir (o Alcazar Quivir). Y que se convirtió en un desastre para el reuy portugués y su aliado. Sus ejércitos son derrotados y se les impide retirarse, ya que el sultán marroquí destruyó los puentes sobre el wadi Al-Makhazine.

  2. Discutir con Marruecos no sirve de nada, solo entienden la accion. Un pais que engaña a su pueblo y lo echa al mar solo merece sanciones y expulsiones, por tanto yo hubiera cerrado el espacion aereo europeo a todos los aviones de Marruecos, cerrado las fronteras de la UE a todos los productos agricolas y pesqueros (que Marruecos los comercialice con sus vecinos), expulsion de todos los marroquis ilegales en la UE y el inicio de sanciones y embargos economicos a Mohamed y sus ministros. España deber dejar de apoyar a Marruecos y promover el referendum saharaui. Marruecos esta robando al polisario su territorio.

    1. Te facilito el asunto, llama a Tomás de Torquemada que fue el primer Inquisidor General de la Inquisición en España que sabe mejor hacer lo que quieras. Viva la humanidad, viva la democracia y vivan los valores occidentales
      A propósito, podéis devolvernos el patrimonio cultural que hemos olvidado en España (El Generalife, la Giralda, el patio de los leones … que traen turistas y que dejan os dejan mucha pasta

  3. Bien, pues la vida en Sebta y Mlilia cada vez mas imposible, a causa del embargo establecido por Marruecos. 80% de las ventas de las ciudades se realizaba con Marruecos. Ahora las primeras necesidades de vida se compran en territorio marroquí (pan que se compra en Fnideq por 1 dhs se vende en Sebta por 5 Euros…) comercios cerrados, hay inmigración desde sebte hacia la península. Como decía Hassan II, la política, es como la agricultura, necesita tiempo.
    En fin, los puntos de diferencia, de enfrentamiento nos deben empujar a mejorar nuestras relaciones y ser más complementarios, en el aria agrícola por ejemplo, tenemos mucho que hacer y ganar.
    La geografía es terca, somos y seremos condenados a convivir, lo mejor y lo simple es hacerlo por el bien esta de las dos partes.
    A buen entendedor

  4. Lo realizado por Marruecos es un acto hostil contra un país de la UE. La Unión Europea debe reconocer sin ambages que sin un referéndum (siguiendo las resoluciones de Naciones Unidas), Marruecos debe considerarse un país ocupante, y que la comunidad internacional nunca reconocerá el Sahara como parte de Marruecos, ya que desde el inicio, Marruecos ha violado permanentemente los derechos de los saharauis, realizando actos terroristas contra el pueblo saharaui. La UE debería llamar a sus embajadores a consultas y poner restricciones a la exportación de productos pesqueros y agrícolas, incluyendo el cierre del espacio aéreo a las compañías aéreas marroquís.

  5. Que no se te olvida la
    La Paella et el arte flamenco así el Hamam

  6. USTED SEGURO QUE NO SABE DE QUE ESTA HABLANDO.SOLO ANDA SOLTANDO CHORRADAS.

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