En su ya famoso ensayo sobre “El choque de civilizaciones”, Samuel Huntington ha propuesto una hipótesis en cierto grado verosímil: las futuras fuentes de conflicto mundiales no serán ideológicas o económicas, se configurarán primordialmente a partir de coordenadas culturales. Las naciones extenderán sus alianzas militares hacia los valores de una civilización común.
Las guerras de reyes e imperios dieron paso, tras la Revolución Francesa, a las guerras entre naciones. En el siglo XX las potencias se enfrentaron definiendo sus intereses por identidades políticas: democracia, comunismo, fascismo. Concluida la guerra fría, sostiene Huntington, las grandes tradiciones culturales ocupan el sitio de las ideologías políticas. La autoidentificación religiosa, arraigada en los acontecimientos fundacionales de cada civilización, desempeñará un papel fundamental.
Arnold Toynbee, el historiador inglés en cuya obra se basa Hun tington, definía a una civilización como la instancia individual más elevada de agrupación cultural. Toynbee reconocía 21 civilizaciones históricas, de las cuales sobreviven la occidental, confuciana, japonesa, islámica, hindú y ortodoxa-es lávica. Huntington propone dos nuevos integrantes: África y Latinoamérica. Occidente, según él, estaría integrado por la Europa de origen católico y protestante, EE UU, Canadá y Australia.
Las naciones surgidas de los imperios coloniales ibéricos parecen representar para el profesor norte americano el producto de una historia un tanto exótica para considerarlas depositarias del legado judeo-cristiano y los momentos formativos europeos: el feudalismo, el Renacimiento, la Ilustración, la Revolución Francesa y la industrialización. Es escéptico sobre la posibilidad de que el individualismo, la democracia, el libre mercado y la separación Iglesia/Estado hayan sido asimilados efectivamente por los no occidentales, salvo quizá por una superficial modernización tecnológica.
El ensayo de Huntington aborda tangencialmente el caso latino americano a propósito del tratado de Libre Comercio: México, al asociarse en un mercado común con sus vecinos norteamericanos estaría redefiniendo su identidad…

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