manifiesto por Europa

 |  25 de octubre de 2012

 

¡Por Europa!, de Daniel Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt. Biblioteca Nueva. Madrid, 2012. 168 págs. 12 euros.

 

“Europa se tambalea. Europa tiembla sobre sus cimientos. La crisis del euro arrecia. Pero esta crisis no es más que el síntoma de una crisis mucho más profunda, una crisis contra la cual la Unión Europea está lidiando desde hace tiempo. Una crisis existencial. Una crisis múltiple. Una ‘policrisis’, como la llama Edgar Morin. Una crisis tanto económica, demográfica, ecológica, política como institucional”.

Así de demoledor empieza el manifiesto de Daniel Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt, co-presidente del Grupo de los Verdes y presidente del Grupo Liberal en el Parlamento Europeo, respectivamente. Dos ilustres europeos que trabajan en uno de los corazones políticos del viejo continente y cuyo diagnóstico es demoledor. A sus ojos, Europa es una “anciana decrépita, un continente marginado que a duras penas logra tenerse en pie en una nueva era en un mundo nuevo, un continente aquejado de estrabismo debido a una sobredosis de nacionalismo, un continente sin ambición, sin carisma y sin esperanza”.

¿Debemos conformarnos con esta situación? ¿Se puede hacer algo? ¿O solo nos queda estirar esta dorada decadencia –para estándares emergentes– hasta que no podamos más? Las propuestas de Cohn-Bendit y Verhofstadt son tan sonoras como su diagnóstico y abogan por una “auténtica revolución” que conduzca a la implantación de una Unión Federal Europea. “Ha quedado demostrado que no sirve de nada organizar reuniones de jefes de Estado y de Gobierno con rigurosa periodicidad”, explican los autores. Según Cohn-Bendit y Verhofstadt, nadie cree ya en el método intergubernamental con el que se supone que los Estados miembros se controlaban y sancionaban mutuamente. Si ese método no funcionaba en el pasado, se preguntan, ¿por qué debería funcionar en el futuro?

Estos dos conocidos tenores han unido sus fuerzas y sus voces para promover el debate, agitar conciencias y aunar voluntades en torno a la idea de Europa. El libro está dividido en dos partes. La primera de ellas recoge el manifiesto y la segunda está construida en torno a la entrevista de los autores con el periodista francés Jean Quatremer, buen conocedor de los entresijos de Bruselas.

Como explica en el prólogo Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la Unión Europea, “se podrá estar más o menos de acuerdo con las propuestas de Cohn-Bendit y Verhofstadt, pero lo cierto es que su análisis es acertado: ningún Estado europeo cuenta apenas individualmente en la era de la globalización”.

Estos dos tenores de la política comunitaria advierten que no hay que desmoralizarse. ¿Por qué? Por que la Unión Europea es quizá lo mejor que le ha pasado al viejo continente en el último mileno. “Se trata de un proyecto grandioso, contrario al nacionalismo y al conservadurismo, y está en consonancia con todo lo que originó Europa en los siglos pasados –afirman–: la ilustración, el Estados de Derecho, los derechos humanos, la liberalización de la economía, la democracia política y la seguridad social”.

 

Para más información:

José Ignacio Torreblanca, «La genética introvertida de la Unión Europea». Política Exterior 142, julio-agosto 2011.

 

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